Si hay algo por lo que no iría al sicólogo, es por mi capacidad de escupir. Los medios están, lo que falta es la voluntad. No se nace sabiendo escupir... a mí me enserñaron cuando tenía 12 años en la escuelita de fúltbol. Y la p*ta madre: ¿qué pasa con la iniciativa?. No fue fácil, fue cuestión de práctica. El mundo se puso en forro. Fue cuestión de buena voluntad e interés. No hay excusa porque no sos Robinson Crusoe. Yo ahora escupo re bien y les gano a todos. Te vas por el caño. De pronto, y sin aviso, "¡fup!" y ¡a volar!. Parte de mí se está liberando. Lo que libero va para dónde yo quiero, porque lo libero. Parte de vos me está denigrando. Todo gracias a mi capacidad de estar dispuesto y obrar. No creo merecer cierta gracia.
Recomiendo: Daniel y el señor (Les Luthiers) parte 1 y parte 2.
GRACIAS, por enseñarme a escupir. jajaja
ResponderEliminar