Siempre

Era el día en que me propuse traer todos esos recuerdos a la mente. Para sufrir, para recordar, para saber que nunca iba a volver. Definitivamente me propuse una falsa ceguera hasta aquel día. Fue un día sensible para todos, y más para aquellos que han sufrido por amor. Pero a mí no me importaban todos, lo único que valía era lo vivido, que jamás se igualaría. Al fin y al cabo ya no había esperanzas, sólo prepararse para explotar de una vez por todas. Esas lágrimas tan reprimidas que tenían que salir de alguna manera.
Sentado solo y fumando en el fondo del campo del estadio de River Plate yo pensaba mientras me dolía el corazón y las únicas imágenes que se me cruzaban eran las de ella. Porque de verdad se me desmoronaba todo lo que no tenía. Cuando de repente comenzó a sonar la batería del tan esperado y temido Always.
Fue entonces cuando el lugar estalló de emoción y la taquicardia me invadió de nervios. Miles de historias estaban pasando al lado mío. Mis ojos veían los camilleros llevar de un lado para el otro a las desmayadas recibiendo primeros auxilios, parejas besándose cómo no lo habían sentido durante meses, gente que en soledad lagrimeaba.
Y no puedo, te juro que no puedo. Abro y cierro el teléfono, ¿la llamo o no la llamo? Definitivamente no tengo fuerzas, las cosas eran claras, ya no me quería, ni ella ni yo. Lo único que me quedaba era cantar y gritar en un quiebre desconsolado que yo lo suponía un adiós definitivo.
Bon Jovi era una de las pocas bandas que teníamos en común. Y el sentimiento ese que tuve desde un principio, ese que me decía en voz muy baja “ella va a ir”, en estos momentos ya no sabía si realmente quería verla. Aunque vana y contradictoriamente vuelvo a revisar el celular que ahora tiene un nuevo mensaje que dice “Estoy en el reci. Dónde estás?”



Dedicado a Lala, quién alimentó este despropósito.