Me atrevo a contarlo porque creo que ya lo superé. Sucedió hace no más de una semana y realmente me dolió y afectó mi estado anímico por un buen tiempo. ¿Qué pasa? Lo voy a narrar como lo fui viviendo:
Cerca de las 6 de la tarde, me tomo el 180 hasta Emilio Mitre, y ahí al toque me bajo para tomarme el 26 que me lleva hasta la facu. Para mí, cada vez que me subo al 26 es un momento para mí. Puedo leer, escribir algo o simplemente escuchar música y pensar. Casi como que subiera preparado para un viaje de paz, no un simple trayecto a la facu.
-Hasta Medrano, por favor.
-Uno veinticinco.
-Gracias.
Al no haber asientos libres al fondo, por defecto me paro en el sector donde podés pseudo apoyar la cola, donde iría una persona con silla de ruedas. Ahí tengo el panorama de todas las caras del colectivo. A mi izquierda, todos con el asiento de revés y a mi derecha todos mirando para adelante.
No pasa una parada que veo a una morocha preciosa. Pero no era simplemente linda. Sino que iba despierta con cara feliz, no llevaba la cara de orto que suele llevar cualquier viajante. Elegante, muy. Además vi que era muy observadora: ella intentaba ver qué leía una señora que estaba a mí derecha entre tantos relojeos panorámicos generales. De curioso, yo también miré y la señora leía un diccionario.
A todo esto, ella estaba sentada del lado derecho, sobre el pasillo, en la primera dupla de asientos, después de la puerta del medio. La tenía bastante cerca. Antes que se me active el cabe-flirting, me fijo que estaba sentada con un desconocido y desinteresado sujeto. Lo que me lleva a pensar "y bueno, si estuviera sola... ahí sí, me siento al lado, pero no da encarar yo en el pasillo". De hecho aún cuando tenés LA oportunidad, naturalmente uno siempre reclama algo más para que se de el avance. También observé, que no tenía auriculares, otra más a favor. Una y otra parada, ésta mujer me seguía dando vueltas, porque entre sus tantas ojeadas panorámicas, se detenía en mis ojos.
Por fin se da, a la 3ra. parada se va el que estaba al lado, pero NO me senté con ella "me quedo acá donde estoy!" ¿Soy tarado? Puede ser, pero no quería mostrarme desesperado, de todas maneras tenía una táctica para que nadie me ocupe el lugar, esperé hasta llegar a la siguiente parada y me fui a sentar con ella justo cuando empieza a pagar el primero que se subió en la parada siguiente. Objetivo: Conseguir teléfono o mail.
"Bien, necesito 4 cosas: tranquilizarme, atención, tema de conversación inicial y dónde se baja. Tema de conversación tengo. Bueno, saco la carpeta, pego una revisada a lo de la clase pasada y veo si mira mi carpeta para saber qué tan predispuesta puede estar si le hablo."
Pum, saqué todo, y fue mirando mi carpeta, mis anotaciones. Lo único que me faltaba era tranquilizarme para hablarle y averiguar dónde se bajaba para ver cuánto tiempo tenía para cumplir con mi objetivo. Total, a mí todavía me quedaba un gran tramo.
Pasó un ratito prudente de revisada de carpeta y guardé todo.
"Uy, la puta madre, dale! tranquilizate, tranquilizate!.. tranquilo, tranquilo, tranqui, tranqui... (suspiro) Bueno, es momento."
NO LES JODO, QUE EN ESE MOMENTO TOCA EL TIMBRE Y SE BAJA AL TOQUE.
Ahora que ya lo superé, el próximo post prometo que va a ser la continuación de esta historia. La flaca no va a ser la misma, a menos que la vuelva a ver, pero no voy a pensar en boludeces improbables. La historia la voy a hacer continuar, porque me merezco una revancha conmigo mismo y recién ahí me voy a perdonar.
Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa desde el vamos sabía que iba a terminar así. Nos pasó a todos man no te preocupes tanto, parte divertida del cortejo ;)
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